El Dicasterio para la Doctrina de la Fe promulgó el pasado lunes la declaración Dignitas Infinita, en la que expone un listado claro y coherente de “violaciones graves de la dignidad humana”. El documento explica que ser verdaderamente cristiano implica siempre defender la dignidad humana, por lo que es necesario oponerse al aborto, a la eutanasia, al suicidio asistido, a la maternidad subrogada, a la teoría de género, a las operaciones de “cambio de sexo”, al abuso sexual y a la trata de personas. Además, reitera que cada persona humana tiene “una dignidad infinita, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser”, incluyendo a quienes viven en situación de pobreza, a los migrantes, a quienes padecen los efectos de la guerra, a las víctimas de cualquier tipo de violencia (incluida la digital) y a las personas con discapacidad.
En el preámbulo, el Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del dicasterio, menciona que “la denuncia de estas graves y actuales violaciones de la dignidad humana es un gesto necesario, porque la Iglesia está profundamente convencida de que no se puede separar la fe de la defensa de la dignidad humana, la evangelización de la promoción de una vida digna y la espiritualidad del compromiso por la dignidad de todos los seres humanos”. Al interior de la Iglesia, el documento ha sido recibido favorablemente en términos generales, si bien hay quienes consideran que podría profundizar más.
Para consultar Dignitas Infinita en español, pulse aquí.