Prioridades de política pública 2024
Fiel a la Buena Nueva de Jesucristo, la Conferencia Católica de Missouri (MCC) promueve el bien común mediante la defensa de la dignidad de la persona humana en el ámbito público. A la luz de la doctrina social de la Iglesia, la MCC y los obispos de Missouri invitan a los funcionarios públicos, a los legisladores y a los ciudadanos al debate respetuoso y fructífero sobre los retos que enfrentan nuestro estado y nuestra nación. Entre ellos destacan los siguientes temas:
Proteger la vida humana
Consciente de que el derecho a la vida es prerrequisito para todos los demás derechos, la MCC se opone a cualquier ataque contra la vida humana, como el aborto, la eutanasia, la experimentación con embriones humanos, la utilización de restos de fetos abortados y la pena de muerte. La MCC apoya una cultura de la vida que ofrezca recursos para ayudar a aquellas madres que eligen la vida para sus hijos, así como alternativas a la pena de muerte, como la cadena perpetua. «No es posible construir el bien común sin reconocer y tutelar el derecho a la vida, sobre el que se fundamentan y desarrollan todos los demás derechos inalienables del ser humano» (San Juan Pablo II, Evangelium vitae, n. 101).
Acoger y acompañar a inmigrantes y refugiados
La MCC da testimonio de la dignidad intrínseca de todos los migrantes y refugiados, incluidos los indocumentados y quienes se ven desplazados por la guerra, la persecución y los desastres naturales. Recordando a los legisladores el derecho que tienen las personas de migrar a otros países, la MCC insta al Congreso a implementar una reforma integral en materia migratoria, así como a gestionar y financiar el asentamiento ordenado de refugiados. «Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia» (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018).
Avanzar hacia una justicia social y económica para todos
El papa Francisco llama a toda la gente a escuchar el clamor de los pobres y a reformar las “estructuras sociales injustas” que impiden la satisfacción de sus necesidades básicas y limitan las oportunidades para el avance social y económico. La MCC aboga por un financiamiento suficiente para Medicaid y para los servicios de salud mental, por la protección de los programas sociales que benefician a los más necesitados, por el cuidado de la creación y del medio ambiente, y por el fortalecimiento de los mecanismos de defensa del consumidor, incluyendo la reforma de los préstamos de día de pago. Asimismo, alienta el acercamiento entre los distintos grupos raciales y culturales para construir comunidades armónicas, orientadas al bien común. «Corresponde a la autoridad decidir, en nombre del bien común, entre los diversos intereses particulares; pero debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de fundar una familia, etc.» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1908).
Apoyar y fortalecer el matrimonio y la familia
La familia es la célula básica de la sociedad y el fundamento de la vida civilizada. Actualmente, la institución matrimonial y la vida familiar se encuentran amenazadas por una cultura que cada vez valora menos el matrimonio auténtico y la estabilidad en el hogar. La MCC apoya iniciativas que promueven la paternidad responsable, que ayudan a las víctimas de violencia doméstica, que auxilian a las familias de escasos recursos y/o que tienen hijos con problemas de salud o discapacidad, así como aquellas que a la vez que favorecen que las familias tengan un padre y una madre, amparan a las madres solteras y a sus hijos. «La importancia de la familia para la vida y el bienestar de la sociedad entraña una responsabilidad particular de ésta en el apoyo y fortalecimiento del matrimonio y de la familia» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2210).
Defender la libertad religiosa
En el Concilio Vaticano II, la Iglesia proclamó que la libertad religiosa o inmunidad de coacción está cimentada en la dignidad de la persona humana y que, por tanto, nadie debe ser obligado a obrar contra su conciencia (Dignitatis Humanae, cap. I). 3). La MCC se opone a la discriminación injusta contra las personas de fe, incluyendo el acoso y la singularización de cualquier denominación religiosa en particular, y apoya incluir provisiones en favor de la libertad religiosa en toda la legislación en materia de derechos humanos. «El derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural» (Dignitatis Humanae, n. 2).
Respaldar las oportunidades educativas
Todos los padres tienen el derecho de elegir el esquema escolar más adecuado para sus hijos, en concordancia con sus convicciones morales y religiosas. La MCC defiende que los niños puedan disponer de oportunidades educativas para asistir a escuelas públicas, privadas o religiosas, por lo que respalda la adopción y expansión de programas asistenciales de becas y apoyos económicos para escolarización. Además, la MCC pugna por la derogación de cualquier ley discriminatoria contra los niños que asisten a escuelas privadas y religiosas (como las Blaine Amendments de la Constitución de Missouri). «Los padres, como primeros responsables de la educación de sus hijos, tienen el derecho de elegir para ellos una escuela que corresponda a sus propias convicciones» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2229).
Reformar la justicia penal
La Iglesia aboga por una reforma del sistema de justicia penal orientada a que el delincuente rinda cuentas, a que la víctima reciba apoyo y a que la comunidad asista al delincuente a reintegrarse a la sociedad de manera exitosa. En ese sentido, la MCC favorece iniciativas que propicien este tipo de reformas; por ejemplo, ampliar el margen de discrecionalidad judicial en materia penal, simplificar la concesión de libertad condicional cuando sea razonable o garantizar que quienes han cumplido sus condenas puedan acceder a empleos con relativa facilidad. «Creemos que tanto víctimas como transgresores son hijos de Dios. A pesar de los muy diferentes derechos puedan reclamar a la sociedad, su vida y su dignidad deben ser protegidas y respetadas. Buscamos justicia, no venganza» (Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, “Responsabilidad, rehabilitación y restitución”, noviembre del 2000).
Promover actitudes cívicas y confianza en el proceso democrático
San Juan Pablo II afirmaba que la democracia necesita de la sabiduría y de la virtud para florecer; por su parte, el papa Francisco ha dicho que la meta principal de la política es la búsqueda del bien común. La MCC auspicia aquellas medidas que permitan a los ciudadanos participar más activamente en el gobierno y fomenta que legisladores y funcionarios de distinto signo político trabajen conjuntamente, instándolos a regir su actuar por una serie de principios éticos. «Una autoridad responsable significa también una autoridad ejercida mediante el recurso a las virtudes que favorecen la práctica del poder con espíritu de servicio (paciencia, modestia, moderación, caridad, generosidad); una autoridad ejercida por personas capaces de asumir auténticamente como finalidad de su actuación el bien común y no el prestigio o el logro de ventajas personales» (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 410).