El obispo Mark Beckman de la diócesis de Knoxville, ubicada en la región oriental de Tennessee, una zona muy afectada por Helene, dijo que el devastador huracán ha originado una serie de necesidades materiales, económicas y emocionales. “Hay mucho sufrimiento, una gran tristeza. Creo que aquellos que han sobrevivido se sienten culpables. Y aún hay mucha gente desaparecida”, añadió con pesar.
El huracán tocó tierra la semana pasada, ocasionando graves daños en varios estados del sureste americano. La tormenta, que ha sido la más letal desde el huracán Katrina en 2005, se ha cobrado la vida de más de 200 personas, dejando centenares de desaparecidos, a cientos de miles en zonas inundadas y a millones sin electricidad.
El obispo Beckman pidió continuar orando por las personas afectadas y brindando apoyo material en la medida de lo posible. Puede leer la nota completa en inglés de Catholic News Agency aquí.