El miércoles, el estado de Idaho se vio forzado a suspender la ejecución del asesino serial Thomas Eugene Creech, luego de que el equipo médico encargado de la misma falló repetidamente en su intento por encontrar una vena para aplicar la inyección letal.
Inmediatamente, el abogado de Creech presentó una petición de suspensión ante el Juzgado de Distrito, alegando que el fallido intento de ejecución pone en evidencia la incapacidad del estado para llevar a cabo una ejecución digna y acorde con los mínimos constitucionales. El Juzgado concedió la petición en cuanto Idaho confirmó que no intentaría ejecutarlo nuevamente antes de que expirara el plazo de la orden de ejecución. De esta forma, si el estado quisiera reactivar la medida, tendría que solicitar una nueva orden de ejecución.