Los votantes de Missouri respaldaron esta semana la Enmienda 3, que consagra el “derecho a la libertad reproductiva” (eufemismo para referirse al aborto) en la constitución estatal. Pese a que los partidarios de la enmienda gastaron más de 30 millones de dólares, frente a los escasos 2 millones aportados por los grupos provida, la votación se mantuvo muy cerrada y la enmienda pasó con apenas el 51.6% de los sufragios. De hecho, de los 115 condados de Missouri, 107 votaron en contra de la Enmienda 3 y sólo 8 lo hicieron a favor.
En una declaración publicada el miércoles, los obispos del estado manifestaron estar “decepcionados de que los votantes de Missouri hayan decidido no salvaguardar el bienestar de las mujeres y sus hijos, al respaldar la Enmienda 3”. Aclararon, sin embargo, que este no es el final del trabajo de la Iglesia en defensa de la dignidad de toda vida humana, reafirmando su “compromiso de acompañar a las madres y a los padres que enfrentan embarazos inesperados, así como a quienes experimentan dificultades de cualquier tipo durante el embarazo”. Añadieron que “la Iglesia seguirá ofreciendo esperanza verdadera y auténtica sanación a quienes han sido heridos por la tragedia del aborto”.
La Enmienda 3 entrará en vigor a los treinta días de las elecciones, permitiendo el acceso prácticamente irrestricto al aborto en todo el estado. Como ya había anticipado la MCC, no habían pasado ni 24 horas de las votaciones cuando los partidarios del aborto presentaron una demanda para repeler todas las regulaciones de seguridad sanitaria de Missouri en materia de aborto. En la primera demanda (de las que seguramente serán muchas), Planned Parenthood impugnó numerosas leyes estatales que limitan el aborto a los casos de emergencias médicas.
Dentro de las disposiciones atacadas por los grupos proaborto se encuentran:
- El requisito de que sólo los médicos puedan realizar abortos.
- El requisito de que las clínicas de abortos estén registradas como centros quirúrgicos ambulatorios.
- El periodo de espera de 72 horas entre la primera cita médica de un paciente y la realización del aborto.
- El requisito de que las clínicas de abortos estén a 30 millas o menos de un hospital al que puedan trasladar a las pacientes en caso de complicaciones.
- El requisito de que los proveedores de abortos reporten al estado todos los abortos que realizan y todos los casos de complicaciones que surjan.
- El requisito de que todo el tejido que se extirpe durante un aborto sea enviado a un patólogo.
- El requisito de que el médico que ha dado seguimiento a la paciente sea quien realice el aborto.
La demanda también exige a los tribunales la relajación de las restricciones en materia de abortos químicos, incluyendo la prohibición de que los médicos que prescriben las pastillas abortivas puedan hacerlo a distancia, de manera virtual. Actualmente, es necesario que estén con la paciente al momento de la toma de la primera dosis, en caso de que haya complicaciones médicas.
Además, Planned Parenthood busca derogar la prohibición de abortar por motivo de raza, sexo o síndrome de Down, alegando que “la prohibición de que un paciente que ha revelado que la razón del aborto es la raza, el sexo o el diagnóstico de síndrome de Down del feto, pueda abortar interfiere con la relación proveedor-paciente”.
Para consultar en español la declaración completa de los obispos, pulse aquí.