El presidente Donald Trump firmó este martes un decreto para expandir el acceso a tratamientos de fecundación in vitro (IVF, por sus siglas en inglés). El objetivo es identificar políticas públicas que reduzcan los costos y amplíen la cobertura médica para este tipo de prácticas.
La Iglesia católica se opone firmemente a la IVF por cuanto supone un atentado contra la dignidad de la persona humana y conlleva el asesinato de bebés no nacidos. En ese sentido, el obispo Daniel Thomas, presidente del comité de actividades provida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), y el obispo Robert Barron, presidente del comité para los laicos, el matrimonio, la vida familiar y los jóvenes de la USCCB, emitieron conjuntamente un comunicado externando su oposición a esta medida: “Como pastores, vemos el sufrimiento de muchas parejas que sufren de infertilidad y sabemos que su profundo deseo por tener hijos es bueno y admirable; sin embargo, el apoyo del gobierno a la IVF, que acaba con un sinfín de vidas humanas y trata a las personas como propiedad, no puede ser la respuesta”.
“La industria de la fecundación in vitro trata a los seres humanos como productos y congela o mata a millones de niños que no resultan ‘seleccionados’ para ser implantados en un vientre o que no sobreviven la implantación. El decreto del martes promoviendo la IVF contrasta de forma lamentable con las promesas que hizo la administración (federal) el mes pasado de llevar a cabo acciones provida”, señalan.
El comunicado completo está disponible en la página web de la USCCB.