El Vaticano ha anunciado que los cardenales electores se congregarán para elegir al próximo papa de la Iglesia católica el 7 de mayo de 2025. Por la mañana, los cardenales concelebrarán la solemne misa pro eligendo Pontifice y, por la tarde, se dirigirán en procesión a la Capilla Sixtina, en cuyo interior cantarán el himno Veni, Creator Spiritus y prestarán juramento de mantener el secreto de todo lo que allí ocurra, así como de desempeñar con fidelidad el ministerio papal en caso de ser elegidos a la silla de Pedro.
Para la elección del pontífice es necesaria una mayoría cualificada de dos tercios. La tarde del 7 de mayo podrá realizarse una primera ronda de votación y, en los días subsecuentes, se realizarán cuatro rondas de votación diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. Tras realizarse el conteo de los votos, las papeletas serán incineradas inmediatamente. Al término de cada ronda, la chimenea de la Capilla Sixtina emitirá humo; en caso de que aún no se haya llegado a un acuerdo, será de color negro, y cuando finalmente se elija al nuevo papa, el humo será blanco y las campanas se harán repicar.
Actualmente, hay 135 cardenales menores de 80 años y que, por tanto, son elegibles para votar por el nuevo papa. No obstante, al menos dos de ellos no participarán en el cónclave por motivos personales (el cardenal español Antonio Cañizares, por ejemplo, ha citado problemas de salud).
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Mientras tanto, las muestras de cariño al difunto pontífice han continuado. El lunes, por ejemplo, el diputado republicano Colin Wellenkamp dedicó unas palabras al papa Francisco a modo de homenaje en el pleno de la Cámara de Representantes de Missouri, que fueron acogidas con una respetuosa ovación